He asistido a las clases de Vicente durante varios cursos para poder prepararme las oposiciones y, hoy en día, con mi plaza (¡por fin!) en el bolsillo, puedo hablar con la retrospectiva que me da la experiencia y el haber logrado el objetivo fundamental: aprobar las oposiciones con plaza. Cuando empecé a preparármelas, hacía ya diez años que había terminado la carrera, por lo que mis lagunas sobre el conocimiento que se requiere para el proceso eran más grandes y profundas que la Laguna Negra de Soria… Hay que tener en cuenta que vamos a ser profesores de tres especialidades y que nosotros en la carrera solo estudiamos una; así que, es fundamental tener a un buen maestro que te ayude a formarte en lo que desconoces y que, sobre todo, te enseñe a ser profesor. Porque no es solo adquirir conocimientos, es saber transmitirlos. Y eso es algo que consigue Vicente desde el primer día, ya que nos trata como a profesores desde que entramos por la puerta de su aula. Eso te ayuda a mejorar tu manera de expresarte (de forma escrita, pero también oralmente), a intentar ser lo más didáctico posible, a empatizar con tus alumnos… Y es que esta experiencia no te la da ninguna academia: aquí recibimos un trato personalizado completamente, con una corrección de las prácticas (que hacemos cada dos semanas) de forma individual, con la práctica de los exámenes orales que se realizan cada dos meses, tanto de la programación como de las unidades didácticas… Y es que, hay que tener en cuenta que el proceso de un concurso-oposición es muy duro y que hay que ir muy preparado en cuanto a conocimientos, pero también en saber enfrentarte a un tribunal, en realizar las prácticas en un tiempo determinado y con una calidad suficiente… Además de que las clases sirven para estar informado de todos los procesos en cuanto a fechas o cómo son los exámenes. Por último, me gustaría destacar el gran ambiente de compañerismo y buen rollo que se vive en este aula. Agradezco a todos mis compañeros y a Vicente los cursos pasados y también este. Una parte de mi plaza es vuestra. ¡¡¡Muchísimas gracias por todo!!! El nivel de exigencia que se demanda en un proceso para convertirse en profesor de Enseñanza Secundaria es elevado y la competencia alta. Por eso resulta imprescindible contar con alguien que guíe tus pasos en este camino. Esta realidad es aún más acusada en la especialidad de Geografía e Historia donde, en el mejor de los casos, acudimos con conocimientos de una de las tres ramas de nuestra especialidad. Por ello, elegir a Vicente como preparador ha sido una de las mejores decisiones que he podido tomar. Ante todo, él “forma profesores”, una frase que puede parecer un eslogan publicitario, pero que resulta ser enormemente precisa. No es un preparador que te vaya a dar una cantidad ingente de prácticas para memorizar su resolución. Con Vicente aprendes a pensar en las prácticas, es decir, adquieres un conocimiento que poder plasmar y una capacidad de análisis que te permite salir airoso de cualquier ejercicio, por muy rebuscado o diferente que sea. Pero no sólo eso. Los conocimientos adquiridos sobre las diferentes especialidades permiten afrontar la oposición; pero también impartir con solvencia cualquier curso, desde 1º de la ESO a 2º de Bachillerato. Creo que nunca hubiera sido capaz de desarrollar la asignatura de Geografía en 2º de Bachillerato con tanta tranquilidad y conocimientos si no hubiera pasado por las manos de Vicente. Por último, la programación y unidades didácticas se desarrollan en el mismo sentido, es decir, partiendo de un modelo, poder aplicarlo a nuestras ideas y forma de expresarnos como docentes. Creo que la mejor conclusión es que, cambio de ley mediante, la forma de trabajar la programación con Vicente me ha permitido ajustarme perfectamente a los nuevos planteamientos que se nos solicitan. Para concluir, no me gustaría dejar de lado su preocupación e interés permanente por sus alumnos y alumnas, siempre pendiente de nuestro devenir, incluso cuando ya no hemos podido asistir presencialmente a las clases. Como señala el dicho “si quieres ir rápido ve solo, si quieres llegar lejos ve acompañado” y no podía haber encontrado mejor compañía que la de Vicente. Estudiar, prepararme, convertirme en profesora (…y no desistir en el intento) es algo que debo agradecer a Vicente. Durante tres años asistí a sus clases con una hora de trayecto que siempre aprovechaba para repasar antes de llegar (quería estar a la altura si preguntaba), y para rumiar todo aquello que echaba humo en mi cabeza al salir de las clases (el aprendizaje nunca acababa en el aula, sino que allí solo se sembraba la semilla, que florecía sin cesar entre libros y manuales cada día). Recuerdo un aula no muy grande, nada lujoso pero donde sucedían cosas maravillosas. Su pasión al enseñar inundaba el ambiente desde el primer momento, el tiempo pasaba volando, mi curiosidad por saber más se estaba convirtiendo en imparable mientras Vicente tiraba día tras día del hilo de la climatología, la geomorfología, el arte medieval o los distintos fragmentos de la historia seccionados en forma de comentario de texto. Vicente me facilitó las herramientas necesarias para el aprendizaje constante, asegurando el paso, la calma para seguir caminando aún sabiendo que el camino sería largo y, sobre todo, la pasión por aprender y enseñar. Vicente, gracias por tu entrega y disponibilidad hacia tu alumnado, tu pasión y entusiasmo, tu saber y consejos. Vicente, gracias por creer en nosotros muchas veces más que nosotros mismos. Vicente, tenías razón y hoy puedo decir, lo conseguí. Gracias de corazón. Llegué a las clases de Vicente totalmente perdida, llevaba un año preparándome para las oposiciones y aún no era consciente de todo lo que eso implicaba, pero había dado con el lugar adecuado. Vicente es capaz de mostrarte la realidad del proceso desde la comprensión y el apoyo. En Vicente he encontrado un preparador completamente entregado a sus alumnos, un hombre que verdaderamente se preocupa por formar auténticos profesores. Su dedicación siempre me ha parecido absolutamente admirable y cada vez que mis ánimos han flaqueado, él ha sabido cómo reconducirlos. He aprendido a valorar la Historia del Arte desde una perspectiva completamente nueva, he desarrollado un gusto e interés por la Geografía que sinceramente, jamás creí posibles, y aun siendo licenciada en Historia, Vicente me ha mostrado cómo trabajar, con auténtico sentido, los documentos históricos. Contar con un preparador como él me ha ayudado no solo a ampliar mis conocimientos, sino también a crecer personal y profesionalmente. La docencia fue siempre mi pasión, y ahora, puedo dedicarme a ella. Solo puedo tener palabras de agradecimiento para Vicente .Su actitud positiva, la tranquilidad y seguridad que trasmite…si a eso sumamos sus amplios conocimientos tanto en didáctica como en Geografía, arte e historia, algo que se plasma tanto en sus manuales como en sus clases presenciales, tenemos al preparador ideal. Lo recomiendo 100% ha valido la pena trasladarme a Valladolid para seguir su curso. Es una inversión segura. Tratar de convertirme en profesor de secundaria suponía un enorme reto para mí; en primer lugar, porque acababa de terminar la carrera de Historia y apenas había estudiado contenidos de Historia del Arte o de Geografía. Fue en las clases de Vicente donde aprendí a comentar las prácticas de geografía humana y física y a analizar obras artísticas (su forma de enseñar la historia del arte resultaba muy atractiva y me ha servido de modelo cuando he tenido que impartir la asignatura). Por otro lado, hacer una exposición oral de cara al público no me resultaba fácil. Aquí fueron de una enorme ayuda los consejos, los ánimos y la exigencia de Vicente, así como poder aprender de otros compañeros y compañeras con más experiencia que acudían a las clases. Es muy gratificante comprobar cómo con esfuerzo uno va mejorando progresivamente y ganando seguridad. Pero lo que más agradezco a Vicente es su enorme dedicación y la preocupación que siempre ha mostrado por sus alumnos, que ha ido más allá de lo estrictamente profesional. Enfrentarse a unas oposiciones es una tarea difícil que seguro cambiará tu vida. Para ello, se necesita emplear el máximo de recursos y afrontarlas desde el esfuerzo y la sabiduría. Vicente es el preparador idóneo para ello. Siempre dispuesto a echarte una mano, Vicente sacará lo mejor de ti. Te colmará de conocimientos y te transmitirá una gran fuerza para enfrentarte a las oposiciones con esfuerzo y sacrificio. Recomiendo este preparador por todo lo que aporta a tu vida académica, personal y laboral. Vicente no sólo te ayuda a tener un buen resultado en las oposiciones. Vicente te ayuda a mejorar como persona y docente, algo muy difícil de encontrar en nuestro presente. Si quieres aprobar, las clases con Vicente te pueden ser útiles. Si quieres aprobar y además aprender, si quieres mejorar tus conocimientos y formarte como docente, la experiencia con Vicente es un éxito asegurado. Cuando hace tres años decidí comenzar a estudiar las oposiciones tenía claro que iba a necesitar un preparador. Soy de Historia y la Geografía y el Arte eran disciplinas prácticamente ajenas a mí. Un amigo me habló de Vicente y no puedo estar más orgullosa de haberle elegido como guía en este camino. Aún recuerdo la primera clase de arte en la academia… salí horrorizada, ¿qué hacía yo allí?, me preguntaba. Tres años después y una pandemia de por medio, puedo asegurar que me encanta la Historia del Arte y que la Geografía me parece una materia fascinante de estudiar. Eso sí, con Vicente tienes que tener paciencia, el conocimiento no se construye de un día para otro, y él lo sabe muy bien. Con él, no sólo vas a aprender a hacer unas prácticas, vas a aprender a entender, a razonar y a construir en base a unas herramientas valiosísimas. Los conocimientos se pueden olvidar, pero los medios para alcanzarlos los he adquirido con Vicente, y éstos, son ya permanentes. Como bien señala él mismo, no sólo prepara opositores, también prepara profesores. No hubiera podido llegar a donde estoy hoy sin su ayuda y aún después de cruzar la meta, estoy segura de que su luz me seguirá alumbrando en el camino que comienza. A lo largo de los años que he asistido a las clases de Vicente no ha dejado de sorprenderme: su fuerza a prueba de obstáculos, su pasión por el Arte, la Geografía y la Historia, su falta de pereza, su entrega incondicional, el alma que pone en las explicaciones, su tesón, su madurez y su generosidad a la hora de regalar parte de su tiempo para animar y estimular a los opositores en tan difícil, pero apasionante, proceso de formación. Estas cualidades son propias de un preparador de raza, y él las tiene a raudales. Podríamos señalar muchos aspectos positivos de las clases: seriedad, claridad en las explicaciones, metodología, orden… pero, sobre todo, lo que más destaco es la capacidad de relacionar con visión global los aspectos sociológicos en el tema y en las prácticas, su constante insistencia en la importancia de la interrelación de nuestras disciplinas y, a la vez, con otras especialidades como la Literatura, Lengua y Economía. En la parte relacionada con la programación y unidades didácticas, resaltar su trabajo a la hora de dar originalidad y calidad a algo tan tedioso y burocratizado por leyes, decretos educativos y normas de centro, buscando siempre la perfecta imbricación argumentativa de todas sus partes, intentando conseguir siempre la excelencia. Debo resaltar que Vicente, además, ejerce la labor de preparador con la maestría y la pulcritud de quien posee el don de la palabra; también desde el respeto y la objetividad que requiere volver la vista al pasado histórico; y, siempre, con el poder sin límites que le otorga la entrega sin condiciones, el esmero en todo lo que hace, el entusiasmo por compartir con cada uno de nosotros el resultado de sus pesquisas y su propio desarrollo personal. Gracias Vicente, una vez más, por tu trabajo como preparador y por cultivar en nosotros, cada clase, el afán de aprender y enseñar; por tu humildad, por disfrutar con lo que haces y, de paso, hacernos disfrutar a nosotros. Habiendo recalado en las clases de Vicente por el consejo de un buen amigo, pronto me di cuenta de que estaba en el lugar indicado para afrontar la oposición, no solo por la talla del preparador, sino también por el buen ambiente creado por los compañeros. Se podrían destacar muchos aspectos positivos de las clases: rigor, claridad, profusión de conocimientos…, pero me quedo con la visión global que transmite Vicente de cada tema que estudiamos, es decir, la importancia de la interrelación de nuestras disciplinas a la hora de abordar tanto el tema como, sobre todo, las prácticas. En definitiva, estamos ante un preparador de opositores-profesores caracterizado por su afán de superación, su calidad humana y su exigencia, cualidades que han conducido al éxito a un elevado número de alumnos. Cómo reconocer y agradecer en unas líneas este camino que nos ha llevado a nuestro objetivo, que es a la vez vocación y medio de vida, una de las profesiones más bonitas y también más duras. Se cruza la información de una página de internet con la información de una persona que conoces mientras, con incertidumbre, buscas alguien que te ayude a recorrer un camino que quizá ya conoces, que llevas años recorriendo, del que dominas una gran parte teóricamente: eso ya lo has estudiado, eso ya lo has realizado y cuando llegas a clase, sí, de nuevo a clase, te das cuenta de en qué parte del camino estás. Asistir y aprender se convierte en un placer, en un momento para disfrutar, todas esas piezas encajan y te conviertes, sin darte cuenta, en un amante de la Geografía, con un desarrollo metodológico de las prácticas que sorprende y alcanza un gran nivel sin abandonar la claridad expositiva. Esa capacidad de análisis que desarrollaremos en unas clases dinámicas y participativas nos llevará a ser capaces de comentar las obras de arte de una forma completa, entenderlas en su contexto histórico y enfrentarnos a cualquier período artístico. Las referencias temporales junto con los comentarios de texto y la exposición de unidades harán que abordemos la Historia como eje vertebrador con un análisis integral de los elementos que la conforman. Al mismo tiempo que nos convertimos en expertos en la realización de prácticas en las tres disciplinas no olvidamos la parte que corresponde a la realización de la programación y la unidades didácticas, dar originalidad y calidad a este apartado que aparece tan condicionado por la ley y por la Orden de la oposición se convierte en un reto del que saldremos más que airosos. Rigor, profesionalidad, responsabilidad, calidad y exigencia que se unen a una gran generosidad e interés son las cualidades que definen a Vicente como preparador y como persona y a su labor con todos y cada uno de nosotros. Es difícil resumir en unas pocas líneas mi experiencia con Vicente. Han sido casi cuatro cursos acudiendo a sus clases martes y jueves. Puede parecer mucho tiempo, pero sacar plaza en este tipo de oposición es más una carrera de fondo que de velocidad. Sin la correcta orientación, todo trabajo o esfuerzo es en vano. Partimos de la dificultad que tiene preparar un temario tan amplio y que abarca tres disciplinas tan extensas. Por eso, el planteamiento de preparación en dos cursos no es necesario, sino imprescindible. Vicente nos aporta una preparación integral, intentando equilibrar la preparación de las prácticas de Geografía, Historia y Arte. Particularmente, me ha descubierto una manera diferente de ver el Arte, me ha fascinado con la Geografía y me ha enseñado el rigor que necesita la Historia. La corrección exhaustiva de las prácticas y el enfoque particular que les da nos ayuda a encontrar ese punto de originalidad que nos piden, y con la realización de éstas conseguimos superar la dificultad de plasmar en las pruebas de oposición todos tus conocimientos en tan poco tiempo. Por no hablar de la preparación de la parte oral, tanto con las exposiciones de obras de Arte como con la defensa de la Unidades Didácticas o de la Programación: con su claridad, adecuación a la legislación y sus observaciones en cada “entrenamiento” vas mejorando la capacidad de expresarte en público, perdiendo miedos y ganando autoestima. Puede parecer obvio, pero uno de los elementos más importantes es la constancia, en función de las circunstancias personales. Y es ahí donde además de buen profesional, Vicente demuestra su calidad humana: sabe que tiene entre sus manos a personas, y que el proceso es largo y muchas veces injusto y desmotivador, pero es capaz de reconducir nuestro trabajo. Hace con nosotros lo que en verdad tendremos que hacer con nuestros alumnos en el aula. Acudir a clase con Vicente hace darte cuenta de que no compites contra tus compañeros, sino contra ti mismo; y yo me siento agradecida de haber conocido y haberme reencontrado con personas que de verdad puedo llamar amigos 😉 Vicente además de preparador de profesores es un maestro que vive con pasión su trabajo, cuya capacidad de trabajo y entusiasmo por lo que hace, se contagia a los que lo rodean y crece cada curso. Gracias por ser y por estar. Después de un laborioso proceso de oposición, comparece la gratificación de la responsabilidad cumplida. También el reconocimiento a Vicente, mucho más que un simple instructor, antes que nada un maestro con quien avanzar en el conocimiento integral de los muchos recovecos de las disciplinas de Historia, Geografía e Historia del Arte. Progresión y perfeccionamiento que con él tienen la presea de lo creativo y, por tanto, del riesgo, pues eso significa adentrarse en los corredores de una oposición tan fascinante como la nuestra, en el dédalo del saber desde el entusiasmo, el rigor y la exigencia. Es primordial referir el relieve que Vicente otorga a las cualidades del discernir, del cotejar, del explorar lo oculto y redescubrir lo que, quizá, permanece olvidado. En mi caso ha sido el impulsor que me ha facultado para levantar y consolidar el andamiaje de un edificio intelectual en el que se establecen analogías, se extraen conclusiones que son veredas por las que transitar y no dogmas incontestables. Además de los conocimientos –las informaciones, objetos o instrumentos que se enseñan y se aprenden en las diversas especialidades de la oposición-, Vicente posee y ofrece criterios y no se encadena exclusivamente a la aridez del dato. La palabra es para él la senda del discurso lógico, el vehículo perfecto para la transmisión de significados, atendiendo, asimismo, a la expresión corporal. La palabra como ejercicio de autonomía y de ilustración, como fermento de planteamientos, nudos y desenlaces amplios. Bien podría aplicarse con él la divisa del capitán Nemo: mobilis in mobili, epítome de todo opositor y trabajador de la docencia, siempre avanzando y descubriendo. A la hora de dar un testimonio sobre las clases de Vicente, lo primero que me viene a la cabeza es la palabra gratitud. Me siento muy agradecido por todo lo que he aprendido durante todo este tiempo. Y es que, con Vicente no solo aprendes a hacer correctamente los exámenes de los que consta esta oposición (que es de lo que se trata), sino que recibes una formación integral en muchos sentidos, yendo ésta incluso más allá de lo meramente académico. Sus clases son muy dinámicas y participativas. Vicente siempre te pregunta, te corrige, te aconseja, en definitiva, es como si hubiera siempre una atención personalizada independientemente del número de personas que haya en el aula, lo cual te permite sacar lo mejor de ti mismo. De hecho creo que uno de los puntos fuertes de Vicente es saber potenciar las virtudes de cada uno, de manera individual. Y esto se complementa además con un intenso seguimiento, basado en pruebas escritas y exposiciones orales frecuentes, en donde Vicente siempre te marca el camino, con correcciones muy exhaustivas. Lo cual nos habla de su rigor y profesionalidad. Otro aspecto que me gustaría destacar es todo aquello que tiene que ver con el espacio físico del aula de Vicente, la clase como punto de encuentro de un grupo de personas con intereses e inquietudes afines, en donde se respira una atmósfera de sano compañerismo y que te ayuda a seguir en esos momentos difíciles en donde crees que no puedes más, en esta carrera de fondo que es la oposición. Y ya, pasando a hablar sobre la personalidad de Vicente, lo que más destaco es su honradez y su entusiasmo. Con Vicente siempre tienes la sensación que estás ante una persona que prepara sus clases, que no improvisa, y que por supuesto domina la materia de la que está hablando por la sencilla razón de que le gusta. Vicente disfruta enseñando, lo cual es una lección para todos nosotros, que ahora somos docentes y que también intentamos transmitir (a la manera de Vicente) nuestro entusiasmo por la geografía, la historia y el arte, a nuestros alumnos. Ya solo me queda decir que echaré de menos sus clases, y que gracias a ellas no solo he aprendido a ser profesor, sino mejor persona. Una vez superada la difícil prueba que es el oposición, es de justicia dedicar una breve reflexión sobre la persona que ha dirigido mis pasos en este camino. ¿Cómo es el trabajo que Vicente realiza con los opositores? Mi respuesta tiene dos vertientes, una la puramente profesional, y otra que va mucho más allá. El trabajo que he realizado durante los años que he asistido a la preparación con Vicente me ha proporcionado unos conocimientos, habilidades y destrezas imprescindibles para poder superar de forma exitosa la oposición. Como elaborar temas analíticos, dotados de profundidad sin perder la concreción necesaria; preparar todas las posibles prácticas de Geografía, Historia e Historia del Arte. Abrir las puertas a la comprensión de qué es en realidad una Programación Anual o una Unidad Didáctica y saber manejar ambas con soltura y personalidad propia. Esto puede encontrarse en otros preparadores, pero la diferencia viene dada por varios aspectos claves que Vicente implementa de forma innegociable en su trabajo: el primero es el rigor (tanto en el desarrollo de los temas, como en la elaboración de las prácticas y diseño de las programaciones). El segundo la profesionalidad (desde el primer momento te obliga a verte a ti mismo como lo que por el momento es sólo un objetivo, siendo profesor) esto conduce a un alto grado de autoexigencia en tu estudio y en tu preparación, que acaban derivando en un plus, que en buena medida, es lo que marca la diferencia con otros preparadores. Porque lo que Vicente busca es la excelencia, la calidad, se trabaja para conseguir dar lo máximo de ti mismo, y ese camino acabará conduciéndote al éxito. Mencioné anteriormente que la influencia del trabajo de Vicente va más allá de lo puramente profesional, y es de justicia mencionarlo. Vicente trabaja sobre todas las cosas un aspecto fundamental bajo mi criterio, como es, la importancia de los significados. Es decir entender los procesos y los significados reales de los acontecimientos, situaciones, etc… que nos afectan. En el momento que por medio del trabajo y con su tutela eres capaz de comprender este aspecto, permite entender que es el mundo educativo, que papel quieres jugar en él y comprometer tu actuación profesional con esa idea…, es decir: Enseñarte que es ser profesor. Aspecto este por el que merece mi reconocimiento y especialmente… mi gratitud. Haber asistido a las clases de Vicente, me ha permitido mejorar y superarme día a día en todas las materias y facetas que componen las pruebas de la oposición de Geografía e Historia. Gracias a la forma que tiene Vicente de enfocar sus clases, he conseguido orientar, aplicar y aumentar mis conocimientos teóricos y didácticos de una manera que por mí mismo no hubiese podido llevar a cabo, convirtiéndome en un opositor mucho mas competitivo, pero a la vez manteniendo mi estilo propio, que me ha servido para poder aprobar esta oposición. Pero sobre todo quiero destacar el gran trato personal y colectivo que Vicente da y con el que me he sentido motivado para afrontar la dureza del estudio, y haber tenido la fortuna de coincidir y compartir clases con unos compañeros magníficos, de los que también he aprendido muchísimas cosas y con los que he disfrutado de buenos momentos. Lo más destacado de las clases es el alto nivel de exigencia que hace que mejores en las prácticas, en las exposiciones y en los temas, el ritmo es elevado y te hace estar muy centrado en la oposición y el trabajo diario. Me parece acertado trabajar dos años pues da más tiempo a tener una visión global y completa de los contenidos. El método que propone Vicente y el esfuerzo te hace mejorar en los estudios y también personalmente, estás haciendo lo que quieres y te convences más de ello, siempre intentando hacerlo mejor, al mejorar profesionalmente también te da unas pautas para la vida como el enseñarte a pensar, a ser más reflexivo y analítico, a llevar un orden, una disciplina y a relacionarlo con otras materias. En definitiva se mezcla lo profesional con lo personal, y aplicas los contenidos aprendidos a tu vida real, buscando el porqué de las cosas, y conociendo el mundo en que vivimos. Tienes el respaldo moral de que lo que haces vale para algo y en cierta manera te sientes orgulloso de ello, por eso luchas siempre por mejorar porque un docente busca la mejora de la sociedad a través de la formación de sus alumnos. Además quiero destacar el valor del grupo, conoces gente nueva muy maja que tiene tus mismas inquietudes y aspiraciones, y esto te reconforta pues encuentras comprensión y apoyo mutuo. De los compañeros se aprende mucho también, y el ambiente es de camaradería, sin rivalidades, la mejora y competencia es individual y no entre compañeros. Para mi, las clases con Vicente se presentaron muy duras desde el principio, debido a la intensidad y el grado de profundización tan elevado con que los contenidos se iban intentando meter en mi cabeza, acostumbrada muchas veces al estudio de un temario universitario que simplemente tenías que “reescribir” en un examen. Sin embargo, a través de la constancia mutua, de las palabras de ánimo y de un gran esfuerzo, poco a poco me iba dando cuenta qué significaba estudiar una oposición tan dura como la nuestra, y de cómo Vicente quería ayudarnos a prepararla. Así, he de destacar su importante labor didáctica , y la capacidad para hacernos ver, cómo se debe realmente estudiar el arte, la geografía o la historia basándonos en una comprensión pormenorizada de la materia y a la vez, global. Es por ello, que la calidad del estudio está asegurada, así como la nueva forma de “ver las cosas” que aporta a nuestros conocimientos un valor individualizado y personal, base del que partir a la hora de aprobar una oposición. Vicente es como un entrenador: las posibilidades son las que tu tengas, pero él saca lo mejor de ti mismo, siempre en relación con la dedicación y el esfuerzo que tú aportes. Perfecciona tus procedimientos y a la larga optimiza tus resultados, pero en esta labor tiene un papel complementario el resto del grupo. En mi caso, me han ayudado principalmente a enfrentarme a las prácticas de Geografía y de Historia, y a adquirir un estilo personal a la hora de concebir y defender la Programación. Un profesor es el que enseña una profesión, y esta es la principal característica (la clave) que me gustaría destacar de las clases. En ellas he aprendido a ser docente. He aprendido que lo difícil de nuestra profesión no es aprender los contenidos de Historia, Arte o Geografía, porque eso depende de la voluntad y circunstancias de cada uno; sino que lo más complicado es interpretar lo poco o mucho que sepamos de esas materias para poder ser didácticos con los alumnos. Este es el método que se aplica en las extensas e intensas jornadas semanales, un método exigente y que no todo el mundo asimila porque nos obliga a pensar, a tomar decisiones y a asumir responsabilidades. En definitiva, aprendemos a ser un ejemplo para los alumnos de Secundaria. Y por mi experiencia personal, ésto es algo muy apreciado por los tribunales de oposición, especialmente en la prueba oral. Desde otro punto de vista, las clases de los viernes me han permitido conocer y compartir muchas horas de sobremesa con compañeros de los más variados lugares de Castilla y León (Valladolid, Palencia, León, Segovia, Burgos, Zamora…), que han hecho muy llevadero el curso. De hecho, cuando estaba metido en la monótona rutina diaria de estudio, uno de los momentos más esperados de la semana eran las conversaciones y risas con los compañeros de comida y café. En definitiva, competitividad bien entendida, porque el mayor enemigo para sacar adelante esta oposición somos nosotros mismos. Otra de las enseñanzas imprescindibles del “método Vicente”. Como opositor lo más útil ha sido la forma tan exhaustiva de preparar la programación y la unidad didáctica para el examen oral, así como los apuntes y explicaciones para las posibles prácticas, ahora sí previsibles para el 2012. No obstante, en mi opinión, lo más destacable es que Vicente nos ve como profesores que debemos impartir una serie de contenidos de nuestra materia, sin olvidarnos de los contenidos transversales ni los interdisciplinares, como él mismo realiza durante las explicaciones. El principal valor que destaco en Vicente como profesor es su capacidad para proporcionar a cada opositor un “estilo” para enfrentarse a la prueba. Este “estilo” se basa en un aprendizaje global y lógico de las distintas materias, la búsqueda de un análisis crítico en las diferentes etapas históricas y artísticas y un alto nivel de autoexigencia en el diseño de cada unidad. Con Vicente, el opositor aprende a superar sus carencias, limar sus defectos y destacar sus virtudes ante un tribunal. Si buscas la excelencia te da la posibilidad de alcanzarla. Gracias. Todo el mundo tiene sus virtudes y sus carencias. Vicente ha sabido potenciar mis virtudes, como una visión interdisciplinar del conocimiento que ambos compartimos, y a superar mis carencias, tanto de conocimientos como en aspectos tales la timidez. Otro punto a destacar es que el método de trabajo de Vicente permite no sólo aprender de él, sino también del resto de los compañeros, en una competencia simbiótica. Con una mezcla de exigencia y amenidad, cada mañana después de cada sesión, me he sentido estimulado para seguir estudiando y aprendiendo. En mi opinión, en las clases de Vicente se trabajan dos aspectos fundamentales. Por una parte la preparación para la prueba oral, donde son importantes tanto los contenidos como los aspectos formales; y por otra parte, la orientación sobre las disciplinas que no dominamos, en mi caso Geografía e Historia del Arte. Así pues, la formación que nos proporciona nos ayuda a cubrir las enormes lagunas, tanto didácticas como interdisciplinares, que nos ha dejado nuestra formación universitaria. Uno de los aspectos que, sin duda, más me ha llamado la atención de la preparación con Vicente ha sido su gran nivel de exigencia en las exposiciones orales y también su incansable tenacidad a la hora de inculcarnos la necesidad de superarnos a nosotros mismos con cada actuación. De igual modo, su forma de trabajar la Geografía, la Historia y la Historia del Arte constituyen un magnífico complemento para prepararnos como opositores y futuros docentes. De hecho, para mí, que como geógrafo tuve que afrontar el reto de impartir la asignatura de Historia del Arte, la asistencia a las clases de Vicente fue una inestimable ayuda.
M.M.
Á.M.
R.P.
E.V.
¡Gracias Vicente!
C.N.
¡Gracias!
P.S.
M.S.
S.R.
A.P.
R.L.
P.A.
C.R.
Con su metodología te da seguridad en el planteamiento, te ayuda a organizar esquemas mentales y práctica tras práctica, el aprendizaje va quedando ahí como el poso del café, que en el fondo es el que da calidad y te diferencia del resto de opositores.
Yo me siento enormemente afortunada y eternamente agradecida de haber compartido todo este tiempo con él. Y sin duda, todos sabemos que parte de mi éxito es suyo.
D.C.
C.M.
R.G.
J.N.
A.S.
M.R.
E.P.
D.V.
M.S.
A.I.
J.A.C.
C.M.
R.C.
Testimonios